Decreto n.º 7/2018, de 31 de enero, del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, por el que se declara bien de interés cultural inmaterial la Vela Latina y los oficios y saberes relacionados con su práctica.

SecciónComunidad Autónoma
EmisorConsejería de Familia e Igualdad de Oportunidades
Rango de LeyDecreto
  1. Comunidad Autónoma

  1. Otras disposiciones

Consejo de Gobierno

792 Decreto n.º 7/2018, de 31 de enero, del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, por el que se declara bien de interés cultural inmaterial la Vela Latina y los oficios y saberes relacionados con su práctica.

La Dirección General de Bienes Culturales, por Resolución de 21 de febrero de 2017, inició procedimiento de declaración de bien de interés cultural inmaterial a favor de Vela latina y los oficios y saberes relacionados con su práctica. La citada resolución fue notificada a los interesados y publicada en el BORM número 54, de 7 de marzo de 2017.

De acuerdo con el artículo 16 de la Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, se ha concedido trámite de audiencia a los interesados, y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Naval y Oceánica de la Universidad Politécnica de Cartagena y la Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca han emitido informe favorable, como instituciones consultivas de la Comunidad Autónoma.

En consecuencia, terminada la instrucción del procedimiento, la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente considera que procede declarar bien de interés cultural inmaterial la vela latina y los oficios y saberes relacionados con su práctica, de acuerdo con lo previsto en los artículos 2 y 3.2 de la Ley 4/2007.

En virtud de lo expuesto en el artículo 13.1 de la Ley 4/2007, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, a propuesta del Consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente y previa deliberación del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia del día 31 de enero de 2018

Dispongo:

Artículo único

Se declara bien de interés cultural inmaterial la vela latina y los oficios y saberes relacionados con su práctica, según identificación y justificación que constan en el anexo y documentación que figura en su expediente.

Contra el presente decreto, que pone fin a la vía administrativa, podrá interponerse, con carácter potestativo, recurso de reposición ante el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, dentro del plazo de un mes a contar desde el día siguiente a su notificación o publicación en el BORM, conforme a los artículos 123 y 124 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, de Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas o directamente recurso contencioso-administrativo en el plazo de dos meses, ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, de acuerdo con lo previsto en los artículos 10 y 46 de la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa.

Dado en Murcia, a 31 de enero de 2018.—El Presidente, Fernando López Miras.—El Consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán Lorente.

Anexo Decreto de declaración de bien de interés cultural inmaterial de la Vela Latina y los oficios y saberes relacionados con su práctica

Denominación: La Vela Latina: oficios y saberes relacionados con su práctica.

Descripción y documentación histórica:

Dadas las excelentes características naturales del Mar Menor y la dársena del puerto de Cartagena para este tipo de navegación, el uso de la vela latina ha llegado hasta nuestros días, acompañada por los conocimientos y los oficios relacionados con ella. El Mar Menor es una laguna litoral de agua salada. Se trata de la albufera española de mayor extensión y posee enormes valores medioambientales. La laguna tiene forma casi semicircular y está separada del mar Mediterráneo por una franja de arena de 22 km de longitud y de entre 100 y 1.200 metros de ancho, denominada La Manga del Mar Menor. En su perímetro litoral cuenta con 73 kilómetros de costa, en la que se van sucediendo playas y aguas poco profundas, y tiene 135 km² de superficie.

En cuanto a la dársena del puerto de Cartagena, el profesor Francisco Calvo la describe de la siguiente forma: se abre entre la punta de La Podadera, al oeste, y la de Santa Ana, al este, con orientación N-8” E y una anchura de acceso superior a 250 m. entre el dique de Curra y la costa. Hacia el este, separada por el cerro de La Campana (221 m.), se sitúa la dársena de Escombreras, entre la punta del Gate y la de Los Aguilones, y el ancho de acceso está próximo a unos 500 metros. Un retablo montañoso, de altitud superior a los doscientos metros, flanquea con pendientes abruptas ambas dársenas, y proporciona abrigo tanto de los vientos reinantes del SS0 como del oleaje. Por lo tanto, el puerto de Cartagena reúne unas condiciones magníficas para este tipo de navegación al ser uno de los puertos más abrigados de los vientos y del oleaje del Mediterráneo.

Según Julio Más García, en su libro titulado “La Vela Latina: Símbolo de la Cultura Mediterránea”, este tipo de arte de navegación milenario ha llegado a nuestros días de la mano de los pescadores artesanales locales. La profesora Elena Pezzi, de la Universidad de Granada, en su publicación, “Aportaciones Árabes en el Arte de Navegar: voces náuticas de origen árabe”, dice que posiblemente uno de los mayores servicios hechos por los árabes a la cultura sea la transmisión a Occidente de los diversos elementos técnicos de arquitectura naval (vela latina y timón de codaste) astronómicos (determinación de coordenadas) y geográficos (cartas náuticas), que iban a permitir la navegación Atlántico adentro. Entre esas voces árabes está la denominación de Laud, pequeña embarcación de un solo palo con vela latina, botalón con un foque y mesana a popa, parecido al falucho. Procede del árabe al-üd (madera), probablemente por su semejanza con la forma del instrumento musical del mismo nombre, cuyo cuerpo tiene forma de media pera cortada en sentido longitudinal. Según Pezzi, la vela latina no es un invento de los árabes. Los primeros testigos se encuentran en el Nilo, en la época greco-romana y el mundo bizantino, pero los árabes supieron recoger de cada sitio lo que les era útil y sintetizar todos los elementos para ser los auténticos creadores de la náutica moderna.

El historiador Rafael Sáez Rodríguez, en el trabajo monográfico realizado para el Servicio de Patrimonio Histórico sobre la Vela Latina, escribe que numerosos autores consideran que la denominación de esta vela como latina fue dada por navegantes del norte y centro de Europa, habituales usuarios de vela cuadrada, que al difundir su uso la denominaron así debido a su conexión con el Mediterráneo y el mundo latino.

A pesar de que la vela latina fue sustituida en los grandes navíos por la cangreja durante el siglo XVIII, ésta siguió utilizándose en la pesca costera hasta la aparición de la propulsión a motor, momento en el que los barcos...

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